martes, 15 de noviembre de 2011

Murcia, yo... como te lo explico...

Es difícil comentar un salón sobre el que tienes tantas sensaciones encontradas, sobre el que parece que sólo puede ir a más y convertirse en uno de los grandes y sólo pasan cosas inexplicables y que, por suerte o desgracia, escapan al público (y en parte, no le afectan) pero que a nosotros, fanzineros y autores invitados, nos afectan más de lo que la gente pueda pensar e incluso comprender. Voy a tratar de explicarlo sin enfadarme, y mira que es difícil.

Este es el tercer año que se celebra el salón del manga de Murcia. El primer año, sinceramente, pensé que como mucho estaban organizando unas jornadas sobre manga y anime, pero un poco más grandes aunque igual de cutres que de costumbre. Salí de mi error nada más llegar el primer día y ver la buena organización y la gran asistencia. Nada malo que decir, me convencieron para el segundo año.

Llega el segundo año y a los fanzines nos arrinconan en la parte de arriba junto a las asociaciones. El director del salón me llama en persona para pedirme un voto de confianza que, no os voy a engañar, con reticencias, se lo doy. Hice bien, porque a pesar de la ubicación, vendimos muy bien y la gente abarrotaba en todo momento el lugar. Nada de lo que quejarme, es más, mucho que promocionar. Me paso el año entero hablando verdaderas maravillas del salón del manga de Murcia, de su organización, de las ventas que genera y demás bondades, y todo con la más absoluta sinceridad y sin que nadie me venga detrás diciendo "eh, habla bien del salón", porque no hacía falta. El salón se había ganado a pulso que hablara bien de él y que le dijera a todos los fanzineros conocidos y amigos que vinieran a Murcia, que seguro que salían contentos.

Llega la tercera edición. Nos vuelven a ubicar en plena zona comercial, perfecto. Colaboro directamente con la organización para traer autores invitados, y conseguimos que Xian Nu Studio acuda al salón, pudiendo haberse quedado en Granada en el salón del manga de Andalucía, ya que ellas viven allí. Es decir, prefieren hacerse tres horas y media de incómodo autobús ida y vuelta antes que quedarse en su tierra. Además, organizo una charla sobre fanzines. Todo perfecto, porque gracias a mis esfuerzos, la organización me recompensa con un descuento en el precio del stand. Nada de lo que quejarme y mucho por lo que estar agradecido. Bien.

Ahora, las cosas malas. Llevo hablando bondades del salón durante todo un año e incitando a gente a que venga. Gente como Polan Kaede, que lleva ella sola su fanzine y tiene que venir desde Guadalajara. Gente como Knil de Japanese Note, que tiene que venir desde Barcelona y hacerse sus buenas siete horas de viaje al ir y otras siete al volver, más el coste que implica quedarse tres días en Murcia. Gente que no se merecen el trato que han recibido. A Polan Kaede le encajonan su stand prácticamente detrás de otro, dejando solo medio metro a la vista. Es decir, o metes la cabeza a caso hecho o no ves que está ahí. A Knil la mandan a la planta de arriba con las asociaciones porque no se acordaban de que venía. Es decir, ponte en contacto con la organización, paga lo que cuesta el stand y llega a Murcia para que te digan que NO TIENES STAND. Si, vale, venga, te ponemos una mesa aquí abajo (una mesa, ojo, que no un stand) en este espacio vacío que, en realidad, lo tienen que usar los autores invitados para firmar. Bueno, pues nada, pues se te sube con las asociaciones. Venga ya. VENGA YA.

No me creo, mejor dicho, no quiero creerme, que unas organizadores tan buenos (y no va con sarcasmo, ojo) vean un stand encajonado en otro y no digan a los encargados del montaje que eso hay que moverlo medio metro. ¿Qué habría pasado si hubiera sido un stand comercial? ¿Lo habrían movido o le habrían contestado que eso, una vez montado, pesa mucho y no se puede mover?

Y no me quiero creer que unos organizadores tan buenos "se olviden" de un stand e improvisen su localización, y más cuando tienen una lista de los stands de fanzines y no comerciales que acuden al evento, saben la cantidad de estos y saben el espacio del que disponen. Y queridos míos, casualmente el espacio dedicado a los fanzines no entraba Japanese Note. NO cambían más stands. ¿Overbooking? ¿Han contratado ya y como vemos que nos hemos equivocado, nos vamos a callar la boca e improvisamos sobre la marcha? Sinceramente, espero equivocarme.

Ahora, tema autores. A las Xian Nu se les pide que envíen originales para hacer una exposición sobre ellos. Por respeto a ellas no voy a dar más detalles que los que ellas mismas pueden haber dado ya en su blog, porque si ellas no lo han comentado yo no tengo más derecho que ellas a hacerlo. Pero montar originales sobre una pared con celo, sin un marco protector, si un cristal, sin un jodido acetato que puedes comprar en la papelería más mierda de la ciudad me parece lamentable. Me parece que un niño de cinco años cuelga sus pósters en su habitación con más mimo. Y me quedo corto con los apelativos, pero me he prometido a mi mismo no enfadarme en general con todo lo que estoy comentando, porque al fin y al cabo nada me ha tocado directamente y los afectados sabrán como tienen que lidiar con sus propios problemas. Pero ahora, callarme no me puedo callar.

Y no me puedo callar porque no llevo un año entero hablando maravillas de una evento que sigue en su tercera edición haciendo cagadas de tamaño calibre. No nos merecemos esto.

Ahora, cosas buenas. Un stand de fanzines y no comerciales llamado Manga Portrait tuvo la santa desfachatez y caradura de llenar su stand con figuras directamente enviadas de una tienda. Al parecer, no se leyeron las normas del contrato o pasaron de ellas o la gente es un tanto imbécil. Acierto de la organización al darse cuenta y, en vez de cerrarles el stand, pedirles que retiraran la mercancía que no podían vender. Muy bien, de verdad. Ahora, ya que somos nosotros los que estamos en este mundillo y vemos las cosas, ya nos encargaremos de hacer saber a la organizaciones de los diferentes eventos cosas como estas cuando sucedan. Como estas y como las de copiar dibujos de otras personas o directamente calcarlos sin ningún pudor y venderlos, curiosamente, en el mismo stand que se puso a vender figuras. Esto, para quien no lo sepa, es ilegal y no puede hacerse en un evento de este tipo ya que sólo puedes vender artículos de creación propia. Pero hay gente que, al parecer, cree que está por encima de las normas. Gente como Dolores, responsable de Manga Portrait. Digamos nombres, porque a esta gente hay que conocerla. Más cosas buenas, siguen siendo atentos. Al menos nos dan botellas de agua cada vez que las pedimos, e incluso sillas extra, cosas que no hacen en otros salones.

Y tras cosas tan serias, y quejarme tanto y durante tantos párrafos, vamos a terminar diciendo que la cosa fue bien en cuanto a ventas (no tan bien como esperaba, pero bien al fin y al cabo), que vimos a muchos conocidos que hace tiempo no veíamos y que lo pasamos bien y entre amigos, que al final es lo importante. Siguiente parada, Expocómic. Tendréis noticias nuestras.

2 comentarios:

knil dijo...

Si lo de nuestro stand fue apoteósico, nos cambiaron de sitio 3 veces hasta dejarnos arriba, solos, con las asociaciones.

El trato estupendo, pero para la próxima vez espero que se miren mejor lo de los fanzines, ya que uno solo en la zona de asociaciones, no va muy bien que digamos...

Rafanás dijo...

Pues anda que lo que nos hicieron el sábado a los asistentes... Si se te ocurría salir por la tarde, te comías 2 horas de cola para volver a entrar. Qué les costaría abrir las dos puertas como el año pasado. Al final una amiga se quejó (de muy mala manera, aunque no le faltaba razón) y acabaron dándonos chorrocientas cosas de regalo que iban a dar el domingo con tal de que no fuéramos rajando de ellos por internet.

El año que viene me va a costar bastante ir, la verdad.